«El consumo de nueces podría ayudar a prevenir la obesidad y regular el metabolismo, ya que estas activan un área del cerebro asociada a la regulación del hambre y el deseo (craving)». Estas han sido las conclusiones a las que han llegado diferentes investigadores de la Harvard Medical School y el Beth Israel Deaconess Medical Centre en un estudio reciente de imágenes cerebrales patrocinado parcialmente por la California Walnut Commision.
A lo largo de este proyecto de investigación, los participantes del estudio llevaban a cabo dos sesiones que tenían una duración de 5 días consecutivos cada una. En la primera sesión de cinco días, se pedía a los participantes que consumieran un batido diario de 48g de nueces. Por otra parte, en la segunda sesión los participantes tomaban un batido diario sin nueces durante cinco días consecutivos. Este batido era, sin embargo, comparable en niveles nutritivos y en sabor al batido con nueces. De este modo conseguían mantener el efecto placebo.
El orden de las dos sesiones era aleatorio. Es decir, algunos participantes consumían en la primera sesión de cinco días el batido de nueces mientras que otros bebían el batido placebo primero, y al revés. Ni los participantes ni los investigadores sabían qué tipo de batido estaban consumiendo durante la sesión. De esta manera se evitaba cualquier tipo de condicionamiento previo en las respuestas por parte de los investigadores y de los propios participantes.
En cuanto a los resultados, en general los participantes describieron sentirse con menos hambre durante la semana que consumían el batido con nueces que cuando tomaban el batido placebo. Además, mediante estudios de resonancia magnética funcional (fRMI), se registraba la actividad cerebral de los participantes mientras observaban imágenes de comida «deseable» (hamburguesas y postres), imágenes neutrales (flores y piedras) e imágenes de comida «menos deseable «(verduras).
Las imágenes obtenidas con resonancia magnética demuestran que los participantes que habían consumido los batidos de nueces durante esa semana, presentaban una mayor activación de una parte del cerebro llamada ínsula derecha cuando observaban imágenes de comida «deseable». Según los investigadores, la ínsula derecha está involucrada en el control cognitivo, lo que significa que los participantes que tomaban el batido de nueces prestaban más atención a las opciones alimenticias y seleccionaban las opciones «menos deseables» o más saludables a las opciones «muy deseables «o menos saludables.
Por lo tanto, tal como afirmábamos al principio, podemos destacar que el consumo de nueces podría ayudar a perder peso, ya que éstas activan un área del cerebro asociada a la regulación del hambre y el deseo de comer. Por lo tanto, cuando comemos nueces controlamos mejor nuestros impulsos para comer y eso nos permite elegir alimentos más saludables y, en consecuencia, perder peso.
QUIERO LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL